01/04/08

Esquecidos

Antonio Polo escribe: ¿Qué vamos a hacer con el Sáhara Occidental? ¿A alguien le importa este contencioso que está incrustado como una rémora en la política exterior española? ¿Habrá algún hueco en la agenda de nuestros políticos después de repartirse la mesa del Congreso para plantear alguna iniciativa al respecto? ¿O acaso alguien cree en serio que la ONU va a desbloquear esta situación alguna vez?


*Foto. Una clase en Dajla.

Es cierto, el pueblo saharaui permanece olvidado por parte no sólo de toda la Comunidad Internacional sino por aquellos que nos representan en el gobierno español. No merecen el suficiente interés en sus agendas. De repente parece que nuestros políticos han desaparecido después de la borrachera electoral, con poco o nada de programas de política exterior y mientras los refugiados saharauis permanecen a merced del viento y la arena.

Pero la vida sigue en el inhóspito desierto. El pueblo saharaui depende de la Ayuda Internacional, y muchas veces no se garantiza esa solidaridad. ¿Estamos ante una utopía? Observamos con desconcierto esa larga e interminable espera ante un referéndum que nunca llega y la sombra de la guerra está presente.


*Foto, salida de la escuela en Dajla.

Nuestro viaje es inminente, nos encaminados al campamento de Dajla que es uno de los cuatro grandes campamentos que constituyen los refugiados saharauis exiliados en Tinduf, debido a la mala descolonización de España y de la ilegal ocupación por el régimen alauita marroquí, desde el año 1975.

El campamento de Dajla es el mas alejado de todos ya que se encuentra a 180 Km. de rabuni que es el centro administrativo de todos los saharauis refugiados en Argelia.

Nos iremos coordinando con la escuela de mujeres fundada por la magnífica mujer Maima Mahamud Nayem, representante de la secretaria para el estado de los asuntos sociales y la promoción de la mujer en el campamento de Dajla.

Y mientras que los políticos se centran en organizar la nueva legislatura y sus cabezas de lista, el desierto es cada vez más cercano para nosotras. Ya notamos su calor.

De Lápices para la Paz

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